Abuso sexual: Qué es, cómo reconocerlo y dónde buscar ayuda

El abuso sexual es cualquier acto de naturaleza sexual que se impone a otra persona sin su consentimiento. No importa la edad, el género o la relación entre las personas involucradas, siempre es violencia. En Chile existen leyes y organismos que protegen a las víctimas, pero lo primero es saber identificar lo que está pasando.

Señales que pueden indicar abuso sexual

Muchas veces los signos no son obvios. En niños puede aparecer miedo a estar solo, cambios bruscos de humor o problemas para dormir. En adolescentes y adultos, la culpa, la vergüenza o el aislamiento suelen ser pistas. También pueden presentarse lesiones físicas, infecciones de transmisión sexual o embarazos no deseados. Si notas alguna de estas señales, no lo ignores.

Pasos inmediatos para protegerse y denunciar

Si tú o alguien que conoces está sufriendo abuso sexual, lo más importante es buscar apoyo inmediato. Llama a la línea de atención a víctimas, como el 110 del Ministerio del Interior, o acude a una unidad familiar. Guarda cualquier evidencia (mensajes, fotos) sin alterarla. Luego, presenta una denuncia en la Fiscalía o en la Policía de Investigaciones.

Contactar a un profesional de salud también ayuda. Un médico puede realizar exámenes, ofrecer pruebas y proporcionar un certificado médico que será útil en el proceso judicial. Además, el personal de salud está obligado a mantener la confidencialidad.

Otro recurso valioso son las organizaciones no gubernamentales que ofrecen acompañamiento psicológico y legal. En Chile, la Corporación de Ayuda al Niño y al Adolescente (CANA) y la Fundación Mujeres por la Vida brindan terapia gratuita y orientación para trámites legales.

El apoyo de la familia y amigos es clave. Hablar con confianza y sin juicios ayuda a la víctima a sentirse menos sola. Evita culpar o minimizar lo ocurrido; en vez de eso, muestra empatía y refuerza la decisión de buscar ayuda.

Prevenir el abuso sexual también implica educación. Enseña a los menores a identificar conductas inapropiadas y a decir “no” sin miedo. En la escuela, los programas de prevención deben incluir información clara sobre consentimiento y derechos.

Si eres docente o trabajas con menores, conoce los protocolos de tu institución y actúa rápidamente ante cualquier sospecha. Informar a la autoridad competente no solo protege a la víctima, sino que ayuda a evitar futuros casos.

Recuerda que el abuso sexual nunca es culpa de la víctima. La responsabilidad recae en quien impone el acto. Conocer tus derechos, buscar ayuda y contar con apoyo profesional son pasos esenciales para romper el ciclo de violencia.