Un Superman renovado: primeras reacciones y claves de la nueva era DC
No todos los días un superhéroe tan icónico como Superman recibe una adaptación que convence a casi todos. Pero con James Gunn al timón, la nueva película ha dejado a crítica y público pidiendo más desde sus primeras proyecciones. Lo sorprendente es que aquí no hablamos del típico Superman invulnerable, sino de un personaje mucho más humano, frágil y dispuesto a apoyarse en quienes lo rodean.
David Corenswet, con su Kal-El/Clark Kent, se aleja del arquetipo distante: por fin tenemos un Superman que muestra dudas, empatía y complicidad con su entorno. Sus escenas con Rachel Brosnahan —una Lois Lane audaz, brillante y nada convencional— desprenden química de la buena. No todo es trabajo periodístico o villanos: ese tira y afloja entre ambos, salpicado de humor y miradas cómplices, le suma capas al relato.
Gunn le da una vuelta de tuerca a la fórmula DC. No hay atmósferas lúgubres ni discursos grandilocuentes. En vez de eso, abundan las sonrisas, el optimismo y personajes secundarios que brillan. Jimmy Olsen (Skyler Gisondo) deja de ser figurante para ganar peso en la historia y Krypto, el perro, conquista cada escena en que aparece. Sí, hasta un can se roba la pantalla en una película de superhéroes.
Personajes con matices, efectos a la altura y una historia cercana
Lo interesante es que James Gunn apuesta más por la narrativa que por los fuegos artificiales visuales. Aunque los efectos especiales cumplen y no desentonan, lo que engancha realmente es cómo Superman conecta con el espectador. Las emociones no se quedan en la superficie; la cinta explora los miedos e ideales de Clark y Lois, y el resultado es tan entrañable como inspirador.
El guion está cargado de guiños a las raíces del cómic, pero también rompe moldes. La Lois Lane que conocemos aquí se atreve con el punk y desafía los clichés del personaje. Por su parte, Clark, aunque sigue siendo el chico bueno, se permite ser vulnerable. Gunn equilibra el humor, las secuencias de acción y los momentos más cálidos sin caer en exageraciones.
La película dura poco más de dos horas, pero no se siente pesada. La naturalidad de los diálogos y las interacciones entre los protagonistas hacen que el tiempo vuele. Los primeros afortunados en verla ya hablan de "emoción pura", resaltando que no es solo otra cinta de superhéroes, sino una que apuesta por el trabajo en equipo y la esperanza. Así, Gunn parece no solo haber hecho justicia a Superman, sino también haber marcado el camino para un nuevo DC Universe que finalmente mira hacia adelante.