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Mundial de Clubes 2025: Chelsea elimina a Fluminense en semifinales en el MetLife con doblete de Joao Pedro


Mundial de Clubes 2025: Chelsea elimina a Fluminense en semifinales en el MetLife con doblete de Joao Pedro

ago, 20 2025

Chelsea impone jerarquía y manda a casa a Fluminense

Noche grande en Nueva Jersey y guiño claro a Europa. En el MetLife Stadium, Chelsea venció 2-0 a Fluminense y se metió en la final del Mundial de Clubes 2025. La figura fue Joao Pedro, autor de dos golazos calcados en contundencia: uno al borde del descanso, con un golpeo ajustado desde la media luna, y otro tras una transición rápida que liquidó el pulso en la segunda parte.

El partido llegaba con una carga sentimental fuerte: Thiago Silva, a sus 40 años, capitaneando al equipo carioca frente al club con el que escribió páginas recientes de su carrera. Enfrente, un Chelsea que aterrizó en Estados Unidos con la confianza inflada tras su título en la UEFA Conference League y con la ambición de volver a levantar un trofeo mundial tras su conquista de 2021.

Fluminense, que se había ganado el pase en cuartos remontando 2-1 a Al Hilal con tantos de Matheus Martinelli y Hércules, saltó al césped con valentía. El plan: juntar líneas, acelerar por dentro y golpear a la espalda de la defensa inglesa. Funcionó a ratos, pero el margen de error ante un rival como Chelsea es mínimo. Cuando los brasileños se asentaron, apareció Joao Pedro con un disparo seco, bien colocado, imposible para el guardameta.

El segundo gol, ya en la reanudación, nació en un robo en campo propio. Dos toques verticales, una carrera con pausa en el área y definición quirúrgica. Fue la jugada que partió definitivamente el partido. Desde ahí, Chelsea manejó los tiempos, cerró pasillos y obligó a Fluminense a atacar con más corazón que claridad.

El resultado deja sin representante a la CONMEBOL en la final. Se acabó la última bala sudamericana en un torneo que, por formato y calendario, exige plantillas profundas y muchas piernas frescas en julio. Fluminense compitió, sí, pero pagó caro cada pérdida y no encontró filo en los metros finales. Chelsea, en cambio, volvió a dar el golpe que suele decidir estas citas: eficacia en las dos áreas.

El nuevo mapa del torneo y las claves del choque

El nuevo mapa del torneo y las claves del choque

Estados Unidos acoge por primera vez esta versión ampliada del Mundial de Clubes, repartida por varias sedes y con cruces a todo o nada. MetLife Stadium se quedó con un duelo con aroma a final: Fluminense llegó como único superviviente americano en semifinales; Chelsea, como un aspirante serio, con ritmo europeo y oficio en noches así. El ganador, ahora, espera por Paris Saint‑Germain o Real Madrid para la final del 13 de julio, también en East Rutherford.

El morbo deportivo traía antecedentes. Tercera vez de Chelsea frente a brasileños en esta competición: aquel tropiezo ante Corinthians en 2012, la revancha exitosa ante Palmeiras en 2021 y ahora este 2-0 a Fluminense. La serie habla de aprendizaje y de una plantilla londinense más cómoda en escenarios de máxima presión.

Joao Pedro fue la diferencia. Su primer tanto, desde la frontal, premió la paciencia de Chelsea para tocar y encontrar el espacio justo. El segundo nació del manual básico de cualquier equipo inglés en ventaja: robo, transición limpia y remate definitivo. Entre medias, Chelsea sostuvo el partido con un bloque medio bien plantado, laterales contenidas y una salida sin apuros.

Thiago Silva fue el otro foco. Referente para la ‘torcida’ tricolor, afrontó un partido emocional contra su exequipo. Ganó duelos, ordenó a su línea y tiró de orgullo, pero no le alcanzó para evitar que los ingleses filtraran el pase clave. En días así, un detalle pesa más que treinta minutos de dominio.

Fluminense llevó la iniciativa por momentos. Cuando aceleró por dentro con Martinelli, progresó; cuando abrió campo, obligó a retroceder a Chelsea. El problema fue lo de siempre contra rivales de élite: cada contragolpe en contra es media ocasión de gol. La sensación de peligro constante obligó a la zaga brasileña a jugar un metro más atrás, y ahí se gestó el 0-2.

Claves tácticas que marcaron la semifinal:

  • Eficacia inglesa: dos llegadas claras, dos dardos. El marcador se explica desde el acierto.
  • Bloque medio azul: Chelsea cerró pasillos interiores y llevó a Fluminense a centros forzados.
  • Transiciones: el segundo gol nació de una pérdida carioca mal cubierta y una salida vertiginosa.
  • Gestión de ritmos: cuando el reloj corrió a favor, Chelsea durmió el partido con balón.

El eco del resultado se expande más allá del marcador. Para Europa, confirma la tendencia: equipos con fondo de armario, rotaciones que no bajan el nivel y pegada en momentos clave. Para Sudamérica, el reto se mantiene: competir 90 minutos sin desconexiones y sostener la intensidad física a mitad de año, en medio de calendarios apretados.

¿Qué viene ahora? La final del 13 de julio en el mismo estadio, con un rival que saldrá de PSG o Real Madrid. Dos perfiles distintos, un mismo desafío: resistir el arreón de talento y no perdonar. Chelsea llega con viento de cola, un Joao Pedro en modo decisivo y la memoria reciente de títulos internacionales. Fluminense, por su parte, se marcha con la cabeza alta después de tocar semifinales en el nuevo formato y de poner a prueba a un gigante europeo. Le queda ajustar áreas y recuperar piernas; el juego lo tienen.

La semifinal dejó también una postal de lo que busca este torneo: estadios llenos en Estados Unidos, horarios pensados para audiencias globales y partidos que se deciden por detalles. El 2-0 refleja un choque serio, sin estridencias, en el que un equipo se mostró maduro y el otro pagó la factura de dos errores. Y, en medio, una historia humana: la de Thiago Silva, que volvió a mirar a los ojos a su pasado con la camiseta de su primer amor futbolero.