Un año de equilibrios finos: suben los volúmenes en mineral de hierro, el cobre cede frente a 2023, y diamantes y carbón siderúrgico sufren los mayores ajustes. Aun así, Anglo American cumplió las metas de producción que había prometido para 2024 en todas sus unidades. La compañía lo atribuye a un cuarto trimestre más sólido en activos clave y a una disciplina operativa que le permitió cerrar el ejercicio dentro de las guías, pese a un contexto de precios y demanda más volátil.
Qué produjo en 2024
El cobre terminó el año en 773.000 toneladas, dentro del rango previsto (730.000-790.000 t), aunque un 6% por debajo del registro de 2023 (826.000 t). El cuarto trimestre aportó 198.000 t, un 14% menos interanual. En el detalle operativo, Quellaveco (Perú) firmó su mejor trimestre del año y Los Bronces (Chile), tras su reconfiguración, mantuvo un desempeño estable. La combinación de menores leyes en varias áreas chilenas y una base comparativa elevada explica parte del retroceso frente al año anterior.
El mineral de hierro fue el contrapeso positivo: 60,8 millones de toneladas en 2024, arriba un 1% interanual y en la parte alta de la guía (58-62 Mt). En el cuarto trimestre, 14,3 Mt (+4% interanual). Minas-Rio (Brasil) protagonizó el hito del año con 25 Mt, su máximo histórico, apoyado en estabilidad operativa y una cadena logística que funcionó sin sobresaltos relevantes.
En metales del grupo del platino (PGMs), el volumen anual llegó a 3.553.000 onzas, dentro de la guía (3,3-3,7 Moz) pero un 7% por debajo de 2023 (3.806.000 oz). El cuarto trimestre sumó 876.000 oz, un 6% menos, afectado principalmente por una menor compra de concentrados, una decisión coherente con la optimización de márgenes en un mercado que ha estado bajo presión.
La parte más dura llegó por el lado de los diamantes. La producción anual fue de 24,7 millones de quilates, dentro del rango de 23-26 Mct, pero un 22% por debajo de 2023 (31,9 Mct). En el cuarto trimestre, 5,8 Mct, un descenso del 26% interanual. La industria ha gestionado inventarios y ajustado oferta para adaptarse a una demanda minorista más fría en varios mercados, lo que se traduce en menor extracción.
El carbón siderúrgico cerró con 14,5 millones de toneladas, también dentro de la guía (14-15,5 Mt) y un 9% por debajo del año previo. El cuarto trimestre fue el punto flojo: 2,4 Mt frente a 4,8 Mt un año antes, es decir, un 49% menos. Las limitaciones operativas y la planificación de frentes de minería explican buena parte de ese bache final.
- Cobre: 773.000 t en 2024 (-6% interanual); 198.000 t en 4T (-14%).
- Mineral de hierro: 60,8 Mt (+1%); 14,3 Mt en 4T (+4%). Minas-Rio: récord de 25 Mt.
- PGMs: 3.553.000 oz (-7%); 876.000 oz en 4T (-6%).
- Diamantes: 24,7 Mct (-22%); 5,8 Mct en 4T (-26%).
- Carbón siderúrgico: 14,5 Mt (-9%); 2,4 Mt en 4T (-49%).
Para la dirección del grupo, el cierre confirma que el ajuste del portafolio y la disciplina de ejecución están dando resultado: se cumplieron las guías pese a los vaivenes de mercado. El énfasis en operaciones con mejores márgenes —y con demanda estructural ligada a la transición energética— es el hilo conductor de la estrategia.
La hoja de ruta para 2025 y la estrategia
La guía de cobre para 2025 se mantiene en 690.000-750.000 toneladas. La contribución prevista por país deja a Chile entre 380.000 y 410.000 t, y a Perú entre 310.000 y 340.000 t. ¿Qué condiciona el arranque del año? Menores leyes en varias operaciones chilenas y el mantenimiento en cuidado de la planta de procesamiento más pequeña de Los Bronces. Con ese telón de fondo, la compañía espera un perfil de producción más cargado en la segunda mitad del año, cuando mejoren las mezclas de mineral y se estabilicen los ritmos de procesamiento.
En mineral de hierro, el foco está en mantener la confiabilidad de Minas-Rio y sostener volúmenes hacia la parte alta de su rango operativo, con productos premium que ayudan a los acereros a reducir emisiones. En PGMs, la prioridad pasa por disciplina de compras y selectividad en inversión, en un mercado que todavía digiere el ajuste de precios y oferta. En diamantes, la tónica será el equilibrio entre producción y demanda para favorecer la recuperación de márgenes.
La compañía remarca que su transformación avanza hacia un portafolio de mayor margen, con tres pilares: cobre, mineral de hierro premium y nutrientes para cultivos. El argumento central es claro: son productos críticos para electrificar redes, fabricar acero con menos emisiones y mejorar rendimientos agrícolas. En ese marco, se reforzó la alianza europea de fertilizantes con Cefetra, un paso que orienta la futura comercialización de nutrientes en la región y apunta a capturar valor en cadenas de suministro más resilientes.
También comunicó la venta de su participación minoritaria en Jellinbah por 1.600 millones de dólares australianos. Más allá del importe, el mensaje es de foco: salir de activos no estratégicos para concentrar capital y gestión en el núcleo del portafolio. Es la misma lógica que guía la reducción de complejidad operativa y la priorización de negocios con demanda estructural y balances de riesgo más favorables.
¿Qué significa todo esto para 2025? Primero, que cumplir guías en un año heterogéneo da credibilidad a la planificación. Segundo, que el cobre sigue al centro del tablero: la electrificación —desde redes hasta vehículos— necesita más metal rojo, y la escasez de nuevos proyectos a gran escala sostiene el argumento de oferta ajustada a medio plazo. Tercero, que los productos de mineral de hierro de mayor calidad ganan peso en un mundo que pide acero con menos CO2, lo que favorece las primas y la diferenciación.
Quedan, por supuesto, incógnitas. El ritmo de la economía mundial y los ciclos de precios pesarán en PGMs y diamantes. En carbón siderúrgico, la estabilidad de operaciones tras un cuarto trimestre débil será clave para recomponer volúmenes. En Sudamérica, la gestión de leyes de mineral y la disponibilidad hídrica y energética son variables a vigilar en el desempeño del cobre.
Con todo, el guion para el año que empieza está trazado: más foco, menos dispersión, y una apuesta por productos que conectan con la descarbonización y la seguridad alimentaria. Si el segundo semestre efectivamente concentra la producción de cobre y se sostiene el impulso de Minas-Rio, 2025 podría ser el año en que la compañía empiece a recoger los frutos completos de la reconfiguración operativa y comercial que viene impulsando.